En el aprendizaje del desarrollo backend, hay mucho por dominar: frameworks, bases de datos, arquitectura, APIs, seguridad, escalabilidad… al final, especialmente si caes en una PYME, terminarás siendo un programador todólogo.
(Algo que no es malo desde mi punto de vista sino que más bien te convierte en un profesional capaz de afrontar múltiples retos.)
Sin embargo, más allá del conocimiento técnico, existen hábitos fundamentales que definen la calidad y la sostenibilidad del trabajo que realizamos como programadores.
Hoy quiero compartirte tres prácticas esenciales que todo desarrollador backend debería incorporar cuanto antes:
- Documentar los proyectos.
- Comentar el código.
- Planificar el trabajo.
Pueden parecer detalles secundarios al principio, pero son claves si aspiras a convertirte en un profesional capaz de escribir software mantenible, colaborativo y con visión a largo plazo.
1. Documentar los proyectos: dejar un rastro claro
Documentar no es solo escribir un README.md y olvidarse. Es generar una guía clara sobre el qué, el por qué y el cómo de un proyecto. Esto incluye desde el contexto inicial y los objetivos, hasta la estructura de carpetas, las tecnologías usadas, endpoints relevantes, decisiones de arquitectura y más.
¿Por qué es importante documentar?
Porque nos ayuda a ubicarnos en el propósito de lo que estamos construyendo.
Cuando retomamos un proyecto después de varias semanas (o meses), o cuando otra persona se suma al equipo, la documentación se vuelve una brújula. Sin ella, todo se convierte en un terreno desconocido.
- ¿Por qué elegimos PostgreSQL en vez de MongoDB?
- ¿Cuál es el flujo de autenticación?
- ¿Dónde se configura la conexión al servicio externo?
- …
Cada uno de estos detalles puede estar en tu cabeza hoy, pero no lo estará mañana. Y si no los dejaste por escrito, te verás obligado a redescubrirlos o, peor, a repetir errores.
¿Qué deberías documentar?
- El objetivo del proyecto.
- La estructura de carpetas y archivos principales.
- Cómo levantar el entorno local.
- Qué librerías o servicios externos se usan y para qué.
- Endpoints importantes (si hay una API).
- Consideraciones específicas o decisiones técnicas clave.
📌 La documentación no es un lujo. Es una inversión en claridad y continuidad.
2. Comentar el código: escribir para el futuro
Está bien repetirlo: el código debe ser legible. Pero eso no significa que no necesite comentarios bien pensados. Comentar no es explicar lo obvio, sino aclarar lo que no se deduce fácilmente a simple vista: decisiones, condiciones especiales, supuestos técnicos o atajos necesarios.
¿Por qué es importante comentar?
Porque permite dar continuidad al trabajo. El código sin comentarios puede ser funcional, pero muchas veces deja preguntas sin respuesta:
- ¿Por qué usamos este algoritmo y no otro?
- ¿Qué significa esta validación específica?
- ¿Qué sucede si este valor viene en
null
?
Un buen comentario no solo aclara una línea oscura de código: transmite contexto. Explica por qué hiciste lo que hiciste. Y eso, para quien retome ese módulo más adelante (seas tú u otra persona), puede marcar la diferencia entre avanzar o estancarse.
¿Cómo comentar bien?
- Sé claro, breve y específico.
- No repitas lo que ya es evidente en el código.
- Enfócate en el por qué, no solo en el qué.
- Usa comentarios para marcar secciones clave o advertir sobre casos especiales.
⚠️ Un código sin comentarios es como una ciudad sin señales: tal vez puedas avanzar, pero te perderás más de una vez.
3. Planificar el trabajo: pensar antes de construir
La programación no es solo escribir código. Es resolver problemas. Y para hacerlo bien, necesitas una estrategia de abordaje. Planificar significa pensar antes de hacer: definir tareas, priorizar, anticipar desafíos, organizar los pasos.
No importa si trabajas solo o en equipo: sin planificación, corres el riesgo de perder tiempo, repetir esfuerzos o desviarte del objetivo.
¿Por qué es importante planificar?
Porque te permite avanzar de forma ordenada y eficiente, entendiendo por dónde empezar y hacia dónde vas.
Cuando planificas:
- Evitas improvisar cada día.
- Detectas dependencias entre tareas.
- Puedes estimar tiempos y distribuir esfuerzos.
- Te resulta más fácil retomar después de una pausa.
- Puedes hacer seguimiento real del progreso.
Además, planificar también es parte de aprender a dividir un problema complejo en partes más simples, una habilidad clave para cualquier programador.
¿Cómo empezar a planificar?
- Haz un listado de tareas o funcionalidades.
- Agrúpalas por prioridad o por módulos.
- Define objetivos semanales (aunque sean tentativos).
- Usa herramientas simples: una hoja de papel, Trello, Notion o cualquier otro sistema que te funcione.
🧭 Planificar no es perder tiempo. Es ganarle tiempo al caos.
Profesionalismo desde el primer proyecto
No esperes a estar en una empresa o en un equipo grande para aplicar estas prácticas. Justamente, empezar desde ahora te va a dar una ventaja real como profesional.
Vas a:
- Escribir código más claro y mantenible.
- Facilitar el trabajo en equipo y la colaboración.
- Poder retomar tus proyectos sin sentirte perdido.
- Demostrar responsabilidad y compromiso con lo que haces.
Piensa en cada uno de estos hábitos como una forma de cuidar tu propio trabajo. De proteger tu tiempo, tu esfuerzo y tu capacidad de seguir aprendiendo sin tropezar siempre con los mismos obstáculos.
🛠️ Documentar. Comentar. Planificar.
Tres hábitos que te harán mejor desarrollador, incluso antes de que seas experto en ningún lenguaje.