No hay recetas para el éxito. Si las hubiera… ¡qué te voy a contar que tú no sepas!
Eso lo primero.
(O como diría mi pequeñín, la primera en la frente.)
Así que, en un mundo donde todos gritan y nadie escucha, destacar en marketing digital es como intentar bailar salsa en medio de una discoteca abarrotada de gente: difícil, pero no imposible.
Y si bien siempre tenemos tiene buenas intenciones con nuestras estrategias digitales, vayamos más allá del manual básico y desenredeos cómo se puede (intentar) incrementar resultados en marketing digital.
Pero antes, aclarar unos puntos de partida sobre los que, o estamos de acuerdo, o estamos de acuerdo.
La infoxificación: el verdadero villano
Antes de hablar de tácticas, pongamos sobre la mesa el elefante en la sala: la infoxificación. Este término, que suena a enfermedad digital, se refiere al exceso de información que inunda a los consumidores.
Hoy, el simple hecho de publicar en Instagram no garantiza que te vean. Si creías que con un post bonito tu marca se volvería viral, tengo malas noticias: ni los algoritmos ni la atención limitada de los usuarios están de tu lado. Cuánta mayor es la cantidad de los input que se reciben, menos es la disposición de regalar dopamina a esos inputs. El usuario (y la usuaria) se vuelve indiferente a tus mensajes.
Entonces, ¿cómo haces para que tus esfuerzos no terminen enterrados en el vasto cementerio digital? Segmentación, mi querido Watson.
No todos los usuarios son iguales, y tratar de hablarle a todos es como intentar venderle gafas de sol a un murciélago. Define tu público objetivo, estúdialo como si fueras un antropólogo en la jungla y dirígete a él con precisión quirúrgica.
La empatía, tu mejor arma
El error más grande de muchas estrategias es asumir que la audiencia solo quiere información sobre el producto.
Spoiler: no es así.
En este mundo saturado de ofertas, el consumidor necesita algo más que un precio atractivo o un diseño bonito. Necesita sentir que la marca entiende sus problemas, sus aspiraciones y, por qué no, su miedo irracional a las fundas de silicona baratas que se rompen en un mes.
Empatizar no es solo decir «sabemos que quieres estilo y calidad». Es demostrarlo en cada pieza de contenido.
Desde publicaciones en redes sociales que resuelvan un problema real hasta correos electrónicos que parezcan escritos por un amigo y no por un robot, la conexión humana es lo que hará que tu marca sobresalga. Y, vuelvo a repetir, escritos por un amigo y no por un robot. No vale con que largues un prompt súper elaborado a ChatGPT (yo también lo hago). Ni valen mensajes requete-masticados: el mejor, el más barato, el más bonito, quedan pocos, exclusivo, único, éxito asegurado, bla, bla, bla…
Más allá de las herramientas básicas
Tu negocio necesita utilizar tácticas estándar como SEM, marketing en redes sociales y remarketing. No está mal, pero si te quedas ahí, estás compitiendo en igualdad de condiciones con tus rivales.
Y en marketing digital, competir en igualdad es como entrar en un ring de boxeo con una mano atada a la espalda.
O en otras palabras, si todos tenemos éxito, nadie tiene éxito. Si todos destacamos, nadie destaca. Si todos hacemos lo mismo, el mismo resultado será para todos.
Para avanzar, hay que abrazar estrategias más sofisticadas, que cuesten más desarrollarlos, que le suponga a tu competencia un escalón muy alto que imitar. Y de hacer, que le suponga un desembolso doloroso.
- Modelos de atribución multicanal:
Descubre qué canal (o combinación de canales) está realmente llevando a tus clientes a la conversión. Olvídate de darle todo el crédito al último clic. Necesitas usar los pixeles de conversión, sean de Meta o de Google o de quién sea. - Optimización basada en datos:
Experimenta constantemente con A/B testing, pero no solo en los botones de compra. Prueba versiones radicalmente diferentes de tus landing pages y mide qué enfoque resuena más con tu público. Porque no solo se trata de llevar tráfico a tu web. Se trata de que el tráfico que llegue haga cosas. - Contenido interactivo:
Herramientas como quizzes, calculadoras y simulaciones pueden capturar la atención de usuarios sobreestimulados. Un cuestionario sobre «¿Qué tipo de funda de cuero se adapta a tu personalidad?» puede parecer trivial, pero tiene un alto poder de engagement.
El mito de los influencers
La estrategia de tu marketing digital podría pasar porcontratar a un influencer con miles de seguidores. Y parece una estrategia sensata, pero cuidado: no todos los influencers son iguales.
En este mercado saturado, los microinfluencers con audiencias más pequeñas pero comprometidas suelen generar mejores resultados que las grandes celebridades digitales. Así es, amigo, amiga mía.
Cuatro youtubers o tiktokers con un par de miles de seguidores o suscriptores con un par de miles de visualizaciones fieles, de personas que siguen su contenido de forma comprometida, te van a traer más ventas que la influencer de moda con tropecientos miles de followers. Y, además, te saldrá más barato.
Aquí entra el concepto de authenticity marketing: la audiencia sabe cuándo un influencer realmente ama un producto y cuándo solo lo menciona por el cheque. Porque eso se nota. Se nota mucho. Se nota a kilómetros de distancia. Cuando el influencer va poniendo cara de bobo intentando vender algo el usuario ya está lo está etiquetando con la palabra vendido. Y no de manera positiva precisamente.
¿Por qué “hacerlo bien” ya no es suficiente?
En la era digital, la mediocridad bien ejecutada es igual a irrelevancia. Puedes tener una campaña técnicamente perfecta, pero si no logras sorprender a tu audiencia, pasarás desapercibido.
Aquí es donde entra el verdadero desafío: ser memorable.
¡Y es difícil de cojones!
No es difícil ejecutarlo. Es difícil crear ese contenido memorable.
Un ejemplo: ¿Por qué no experimentar con storytelling transmedia? Imagina que la historia de tus fundas de cuero se desarrolla en capítulos distribuidos entre Instagram, TikTok y tu blog corporativo. Cada plataforma ofrece una pieza del rompecabezas, incentivando a los usuarios a interactuar en múltiples puntos de contacto.
Otro ejemplo usar ese mismo storytelling transmedia para crear un juego de pistas que te va llevando de un lugar a otro en la búsqueda de un tesoro.
El balance entre humor e ironía
Como en este artículo, un toque de humor inteligente y algo de ironía pueden ser herramientas poderosas para captar la atención del público. Pero cuidado, porque una mala ejecución puede ser contraproducente.
En resumen, tu estrategia de contenido debe reflejar la personalidad de tu marca y conectar emocionalmente con tu audiencia.
Aquí vas a necesitar crear un mapa de empatía, estudiar los puntos de dolor de tu cliente estándar, crear prototipos de clientes (y no un buyer-persona, varios, va-ri-os), hacer encuestas, escuchar en el mostrador, leer sus correos electrónicos llenos de faltas de ortografía (recuerda que esa misma persona es la que abre la cartera y te da su tarjeta de crédito).
Toca conocer, para entender y empatizar.
(¡NO SUPONGAS COSAS!)
El marketing digital no se trata solo de usar las herramientas correctas; se trata de usarlas de manera estratégica y creativa para destacar en un panorama saturado.
La clave está en segmentar, empatizar y, sobre todo, sorprender.
Porque en este mundo infoxicado, la mediocridad no tiene cabida. Bueno, no la tiene para ti. El resto bien te conviene que siga siendo mediocre, para que así tengas la oportunidad de sobresalir entre tanto ruido.
¿Estás listo para dar el salto de lo básico a lo brillante?