Si subcontratas acabarás perdiendo la empresa por estas 10 razones

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Subcontratar procesos dentro de una empresa es una práctica común en el mundo empresarial contemporáneo. No es algo malo porque sí. De hecho yo vivo de que las empresas me subcontraten algunas tareas.

Lo que aún no había visto, aunque sabía de su existencia, es empresas que empiezan subcontratando la mano, luego el brazo y acaban cediendo todo a un único proveedor que les provee de un pack completo.

Y cuando digo completo no me estoy limitando a mis labores, sino a subcontratar todos los procesos productivos de la empresa.

Me encantaría detallar más el caso concreto pero por aprecio a la empresa en cuestión voy a limitarme a la generalidad basándome en el caso con la esperanza de que tal vez la propiedad se tropiece con este artículo y recapacite, al menos eso, sobre lo que están haciendo.

Porque cuando yo digo que vivo de que las empresas me subcontraten algunas tareas también digo que rara vez son tareas operativas directamente relacionadas con producción. Son las tareas de marketing digital. Importantes, sí. Necesarias, sí. Pero no operativas. No deben estar presentes sí o sí para fabricar ventanas de aluminio, panes, vender coches o cualquier otra cosa que genere un beneficio directo.

Es decir, aunque puede ofrecer beneficios a corto plazo, como la reducción de costos y la flexibilidad operativa, la subcontratación total de los procesos productivos de una empresa (con un obvio enfoque cortoplacista que busca maximizar el beneficio) acarrea una serie de riesgos significativos.

Estos riesgos pueden impactar negativamente en la calidad del producto, la integridad de la empresa, la satisfacción del cliente, y la sostenibilidad a largo plazo del negocio.

Pero por si tienes dudas, no los tienes claro o quiere más precisión, aquí va 10 riesgos de la subcontratación de procesos productivos que te dejarán sin argumentos.

El décimo te sorprenderá. Y aunque no lo haga, yo te lo digo para motivarte a leer (clipbait del bueno).

  1. Pérdida de control y calidad

    Uno de los riesgos más evidentes de la subcontratación es la pérdida de control sobre la calidad del producto o servicio. Al externalizar procesos clave, una empresa confía en que sus proveedores mantengan los estándares de calidad.

    Sin embargo, los proveedores pueden tener diferentes normas y procedimientos que no siempre alinean con las expectativas de la empresa contratante. La falta de supervisión directa puede resultar en productos o servicios inferiores, lo que puede dañar la reputación de la empresa y disminuir la lealtad del cliente.
  2. Dependencia excesiva de proveedores

    Subcontratar todos los procesos de una empresa genera una dependencia excesiva de los proveedores. Esta dependencia puede volverse problemática si un proveedor falla en cumplir con sus obligaciones, ya sea por razones financieras, logísticas o de calidad.

    La interrupción en la cadena de suministro puede causar retrasos en la producción y la entrega, afectando la capacidad de la empresa para satisfacer la demanda del cliente de manera consistente y oportuna.
  3. Pérdida de conocimiento y capacidades internas

    Cuando una empresa decide externalizar todos sus procesos productivos, corre el riesgo de perder conocimientos y capacidades esenciales. El personal interno puede volverse menos competente en áreas clave debido a la falta de práctica y experiencia directa.

    Además, si la empresa decide reintegrar estos procesos en el futuro, podría enfrentar dificultades significativas para reconstruir la experiencia y la infraestructura necesaria, resultando en mayores costos y tiempo.

    Por no decir que ese conocimiento y capacidad lo tiene ahora un tercero que fácilmente podría pasar de un rol proveedor a un rol competidor y dejar a la empresa fuera de juego fácilmente (¿o es que no hemos aprendido nada con China?).
  4. Riesgos de seguridad y confidencialidad

    La subcontratación de procesos a terceros introduce riesgos adicionales en términos de seguridad y confidencialidad. La información sensible y los datos críticos pueden estar expuestos a posibles violaciones de seguridad, especialmente si los proveedores no cuentan con medidas adecuadas de protección de datos.

    La fuga de información confidencial puede tener consecuencias graves, incluyendo pérdidas financieras y daño a la reputación de la empresa.

    Peor aún es cuando el proveedor tiene, entre otras funciones, la labor de «captar cliente», quedando en su poder los datos. De verdad, ¿es que no saben dónde se meten? Porque lo de la seguridad y confidencialidad se puede ver justo desde el otro lado. La LOPD puede obligar al proveedor tanto como limitar a quien le contrata.
  5. Impacto en la cultura y moral de la empresa

    Subcontratar todos los procesos también puede afectar negativamente la cultura y la moral interna de la empresa. Los empleados pueden sentirse desvalorizados y desmotivados si perciben que sus roles están siendo externalizados.

    Esta desmotivación puede llevar a una disminución en la productividad y un aumento en la rotación de personal, lo que, a su vez, puede incrementar los costos de reclutamiento y formación.
  6. Desalineación estratégica

    La subcontratación total puede resultar en una desalineación estratégica entre la empresa y sus proveedores. Cada proveedor tiene sus propios objetivos y prioridades, que pueden no coincidir con los de la empresa contratante.

    Esta falta de alineación puede generar conflictos y dificultar la implementación de estrategias coherentes y efectivas, afectando negativamente el rendimiento general de la empresa.
  7. Costos ocultos y ahorros falsos

    Aunque la subcontratación puede parecer una opción más económica a corto plazo, a menudo esconde costos ocultos. Estos pueden incluir costos de gestión y coordinación adicionales, así como gastos relacionados con la resolución de problemas de calidad y cumplimiento.

    Además, las tarifas inicialmente bajas pueden aumentar con el tiempo, y la empresa puede encontrarse atada a contratos desfavorables que limitan su flexibilidad financiera y operativa.

    Esta parte es sangrante y demuestra una clara falta de visión para predecir el largo plazo de tu propia empresa.
  8. Responsabilidad y cumplimiento normativo

    Cuando se subcontratan procesos, la responsabilidad y el cumplimiento normativo pueden volverse más complicados. La empresa contratante sigue siendo responsable ante los reguladores y clientes por el desempeño y la conformidad de los productos y servicios, incluso si estos son producidos por terceros.

    Garantizar que todos los proveedores cumplan con las normativas y estándares requeridos puede ser un desafío y aumentar la carga administrativa y legal.

    O, en otras palabras, aunque los procesos productivos están subcontratados, los juicios te los comes tú.
  9. Innovación limitada

    La innovación es un motor clave para el crecimiento y la competitividad a largo plazo. Subcontratar todos los procesos puede limitar la capacidad de la empresa para innovar, ya que los proveedores externos pueden no estar tan motivados para desarrollar nuevas ideas y mejoras.

    La empresa puede perder su ventaja competitiva si no puede adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y las tecnologías emergentes.

    Si, además, eres una empresa que subcontrata todos sus procesos operativos y productivos entonces, inevitablemente, derivarás en una empresa con cero innovación. La innovación en todo caso la realiza el proveedor. Lo que potencia -agrava- aún más el riesgo número tres (volver a leerlo si no lo recuerdas).
  10. Impacto en la responsabilidad social y la sostenibilidad

    Finalmente, la subcontratación puede afectar la responsabilidad social y la sostenibilidad de una empresa. Al externalizar procesos a proveedores que operan en regiones con normativas laborales y ambientales menos estrictas, la empresa puede indirectamente contribuir a prácticas laborales injustas y daños ambientales.

    Esta situación puede provocar críticas de consumidores y grupos de interés, afectando la reputación y la viabilidad a largo plazo de la empresa.

    Además las empresas subcontratadas pueden recurrir a terceras subcontrataciones troceando «tus» procesos y metiéndolos en métodos de trabajo estandarizados y pensados para ser ejecutados en masa (para muchas empresas clientes a la vez).

    Esto provoca que las terceras empresas subcontratadas, inevitablemente, empeoren las condiciones laborales de aquellas personas a las que contratan. Claro ejemplo de esto son los call center masivos. Por no decir que al final tu empresa será exactamente igual que la de tus competidores si éstos recurren al mismo proveedor y subcontratan los mismos procesos operativos.

Si bien la subcontratación puede ofrecer beneficios a corto plazo, como la reducción de costos y una mayor flexibilidad, una estrategia de subcontratación total enfocada únicamente en maximizar los beneficios a corto plazo está repleta de riesgos significativos.

Las empresas deben evaluar cuidadosamente estos riesgos y considerar un enfoque equilibrado que combine la subcontratación selectiva con el mantenimiento de competencias y capacidades críticas internamente.

Solo así podrán garantizar la calidad, sostenibilidad y competitividad a largo plazo en un entorno empresarial cada vez más complejo y desafiante.

Resumiendo, no tener gastos NO es el camino.