Aprender a programar no es fácil, enseñarlo, tampoco

Gracias por darme amor compartiendo en tu app favorita:

Aprender a programar es un desafío complejo que va mucho más allá de memorizar la sintaxis de un lenguaje de programación. De hecho, programar y el lenguaje de programación son dos conceptos íntimamente relacionados, pero distintos.

  • La programación es la capacidad de analizar un problema, descomponerlo en partes manejables y desarrollar una lógica para resolverlo.
  • Un lenguaje de programación, en cambio, es la herramienta que permite expresar esa lógica de manera ejecutable por una máquina.

Acompáñame a profundizar en estos conceptos y sabrás por qué debes ser paciente en todo este proceso cuando te introduces por primera vez en el arte de la programación.


Pensamiento lógico y sintaxis: dos aprendizajes paralelos

Para quienes nunca han tenido experiencia previa, enfrentarse a un lenguaje de programación suele ser frustrante. No solo deben aprender la sintaxis y las reglas del lenguaje, sino que también deben desarrollar el pensamiento lógico necesario para programar correctamente.

Es un doble desafío: primero, construir una mentalidad de programador y, segundo, aprender a escribir en un «nuevo idioma».

Este proceso de aprendizaje se asemeja al de aprender una lengua que no conoces. Alan Perlis, pionero de la informática y primer ganador del Premio Turing, expresó una idea clave sobre esto en sus Epigramas sobre Programación: «Un lenguaje de programación influye en la forma en que piensas sobre la programación«. O dicho al revés, la programación establece el cómo y el lenguaje convierte ese cómo en algo «tangible».

Este pensamiento estructurado es lo que permite a un programador abordar problemas de forma eficiente, independientemente del lenguaje que use.

La frustración es parte del camino

Es completamente normal sentirse abrumado. Al inicio, escribir una simple estructura condicional puede parecer un obstáculo gigantesco. Pero la clave es la práctica constante.

Robert C. Martin, desarrollador y autor de Clean Code, enfatiza la importancia de la repetición al decir: «Los buenos programadores escriben código, los grandes programadores lo reescriben y lo mejoran

En otras palabras, no hay atajos: a programar se aprende programando.

(Algo que te voy a repetir varias veces en este texto.)

Para aliviar la frustración, es útil dividir el aprendizaje en pasos progresivos:

  1. Dividir el problema en partes pequeñas y manejables.
  2. Pensar en la solución de cada parte antes de escribir código.
  3. Traducir esa solución a un lenguaje de programación.
  4. Probar y depurar, asegurándose de que cada paso funciona antes de seguir adelante.

Donald Knuth, creador de The Art of Computer Programming, resalta la importancia de la metodología: «Escribir programas consiste en explicar ideas a una computadora y, al mismo tiempo, a otros humanos«.

Esto enfatiza que la clave no es la velocidad con la que se aprende un lenguaje, sino la claridad con la que se estructura el pensamiento.

La práctica es la única solución

El único camino seguro para aprender a programar es dedicar horas de práctica. Es crucial resolver retos sencillos antes de abordar problemas más complejos. Un buen ejercicio es escribir un programa en su versión más simple y luego agregarle complejidad paso a paso.

Por ejemplo, si se quiere programar una calculadora, se puede empezar con una función que solo sume dos números. Una vez que esto funcione, se pueden agregar otras operaciones matemáticas y, más adelante, una interfaz de usuario.

Esto concuerda con la filosofía de Edsger Dijkstra, quien afirmaba: «La calidad del software no puede ser garantizada con pruebas, sino mediante la correcta construcción desde el inicio

Además, es fundamental revisar código escrito por otros.

Leer buenos ejemplos ayuda a entender patrones, optimizaciones y formas elegantes de resolver problemas. Steve McConnell menciona en su libro Code Complete: «El mejor aprendizaje en programación viene de leer y escribir mucho código


Enseñar a programar: un desafío aún mayor

Si aprender a programar es difícil, enseñarlo también lo es. No basta con explicar la sintaxis de un lenguaje; es necesario ayudar al estudiante a desarrollar una mentalidad lógica.

Muchos profesores y mentores subestiman la dificultad de este proceso y asumen que l@s principiantes pueden absorber tanto la lógica como la sintaxis de manera simultánea.

La paciencia y la metodología adecuada son clave.

Un buen mentor o mentora sabe que cada estudiante progresa a su propio ritmo y que cometer errores es parte del aprendizaje.

Usando las palabras de John Carmack, legendario programador de videojuegos, podríamos resumirlo como que «si no tienes claro por qué funciona algo, sigue experimentando hasta que lo entiendas«.

Enfoque metodológico para aprender rápido

Una metodología eficaz para acelerar el aprendizaje consiste en «poner al estudiante a los pies del caballo», es decir, enfrentarlo directamente a la complejidad de la programación y del lenguaje con ejemplos ya resueltos.

En lugar de partir desde lo más básico y construir el conocimiento pieza por pieza, este método propone analizar programas funcionales desde el principio, desmontándolos como si fueran un rompecabezas.

El proceso es el siguiente:

  1. Observar el código en su totalidad y comprender su propósito general a través de su ejecución y observación del funcionamiento.
  2. Desmontar el programa identificando cada una de sus partes y funciones.
  3. Entender el papel de cada pieza, analizando cómo contribuyen a la solución global, observando posibles opciones y usos diferentes.
  4. Reconstruir el programa, ahora con una comprensión más profunda de su funcionamiento, aplicando nuevos matices en la reconstrucción que generen un resultado ligeramente diferente y (casi siempre) mejorado.

Este enfoque invierte el método tradicional, donde primero se aprenden las piezas individuales (estructuras de control, variables, funciones) y luego se ensamblan en un programa completo.

Al ver desde el principio cómo encajan todas las partes, los estudiantes asimilan más rápido la relación entre sintaxis y lógica. El motivo es el siguiente, cuando aprendes a programar de una manera clásica no consigues entender «para qué sirven» las piezas que estás estudiando porque te falta algo importante, un contexto y un objetivo, es decir, un problema a resolver. Si no tienes un por qué usar las piezas, entonces no consigues apreciar sus posibles usos.

Esta técnica ha sido utilizada en distintos ámbitos del aprendizaje acelerado. John Carmack, ya mencionado en este artículo, ha comentado en más de una ocasión cómo en su experiencia profesional, entender y descomponer el código de otros ha sido una de las maneras más eficaces de aprender nuevas técnicas rápidamente, resaltando la importancia del aprendizaje basado en la experimentación activa desde soluciones ya desarrolladas por otros antes que tú.

Práctica y paciencia: la receta

Aprender a programar no es fácil, enseñarlo tampoco. La programación es, en esencia, una manera de estructurar el pensamiento, mientras que el lenguaje de programación es la herramienta para expresarlo.

Los estudiantes deben entender que es normal frustrarse, pero la clave está en la práctica constante. Resolver problemas paso a paso, estructurar bien el código y aprender de los errores son hábitos fundamentales para el éxito.

Y sobre todo, recordar que, como en cualquier idioma, un lenguaje de programación solo se aprende usándolo.

Richard Feynman, físico y divulgador, solía decir: «Si no puedes explicarlo de forma sencilla, es que no lo entiendes lo suficientemente bien«.

Insisto, por tanto, la mejor manera de aprender a programar es programando.

Image by Pexels from Pixabay.