🧨 La gran mentira de la educación en marketing, empresa y emprendimiento en España

Gracias por darme amor compartiendo en tu app favorita:

Vamos al grano: el principal problema de la educación profesional en España —sí, en universidades públicas, privadas, escuelas de negocio y demás templos del powerpoint— es que está infestada de “profesores” cuya única experiencia profesional es… enseñar.

¿Y eso qué implica?

Pues que gran parte del conocimiento que se transmite a los estudiantes está basado en teorías descontextualizadas, marcos conceptuales sacados de manuales anglosajones de los años 90 y metodologías que jamás han sido puestas en práctica por quienes las predican.

Lo que en el mundo real se llama humo.

Humo académico, pero humo al fin y al cabo.


El problema no es la ignorancia: es la arrogancia

Y ojo, que esto no es un ataque a quien enseña desde el reconocimiento de sus límites. Tener humildad intelectual y ser honesto acerca de tu experiencia real merece respeto.

Si reconoces que:

  • No te has batido el cobre por ganar un cliente en el mercado.
  • Nunca has fracasado con una campaña real.
  • Jamás has negociado un presupuesto con una pyme o una multinacional.
  • No has vivido el vértigo de pagar nóminas con una caja temblando…

Entonces, y solo entonces, puedes asumir el papel de facilitador, de guía. Puedes aportar claridad conceptual, referencias, perspectiva.

Y eso es valioso.

Muy valioso.

Pero…

Aquí viene lo que muchos no se atreven a decir en voz alta:

Si llevas trece años dando clases en una universidad pública de provincias, por ejemplo, ████; y luego encima te colocas en una universidad privada «por prestigio», acaparando oportunidades sin haber pisado jamás el barro del mercado; y encima miras por encima del hombro a tus alumnos con actitud de pseudo-gurú académico… eres un meme andante.

Sí, tú, que repites marcos teóricos de Kotler como si fueran dogmas. Que hablas de “branding emocional” y de “ecosistemas de innovación” sin haber vendido ni un maldito producto fuera del aula.

Tú, que solo aceptas tus propias respuestas como válidas, sin permitir que los estudiantes cuestionen o aporten.

Tú, que desprecias lo aplicado, lo real, lo callejero.

Eres parte del problema.

(Y ya que estamos, las universidades privadas deberían revisar con lupa sus procesos de contratación, porque muchos de estos perfiles solo buscan blindar su estatus sin aportar un gramo de visión práctica a los futuros profesionales.)


Academia ≠ Autoridad (cuando no se pisa la calle)

Peter Drucker lo dijo con claridad:

“Knowledge has to be improved, challenged, and increased constantly, or it vanishes.”

Y si no has salido nunca del despacho, si no sabes cómo huele el miedo a no facturar este mes, si nunca has vivido el vértigo de emprender con cero garantías, no tienes ni idea de lo que pasa ahí fuera.

¿Y aún así vas a hablarle a jóvenes sobre “emprendimiento”?
¿Sobre “modelos de negocio”?
¿Sobre “retorno de inversión”?

No.

Tú puedes enseñar teoría.

Pero no dictes cátedra.


El salario del día 28

Porque claro, es fácil hablar de riesgo empresarial, de estrategias de marketing y de cultura de empresa desde el confort de un salario fijo que cae puntual el día 28. Sin presión, sin competencia, sin necesidad de innovar ni de sobrevivir en un entorno cambiante.

Mientras, fuera, hay profesionales partiéndose la cara cada día para conseguir una oportunidad. Personas que se la juegan con cada presupuesto, con cada campaña, con cada propuesta que mandan. Que fracasan, aprenden y vuelven a empezar.

A esos les escucho. A esos les creo.

A los demás, no.


PD: No te lo tomes personal, a no ser que debas tomártelo personal

Si te pica, quizá es porque te queda el saco.

Y si es así, no es tarde para hacer autocrítica. Sal al mercado. Intenta vender. Intenta emprender. Vive el otro lado.

Y entonces, quizá empieces a enseñar de verdad.