Esta historia es de un proyecto personal.
Trayectoria profesional: Qué hice o LinkedIn.
Ángel no es, y demonio tampoco: ese momento cuándo lo has roto todo pero no puedes evitar volver a comenzar otro blog personal porque contar historias te apasiona.
A mitad de 2015, unos meses antes, ya venía cumpliendo casi 2 años con mi proyecto empresarial NexGlobal, que ya antes había pasado por una fase previa llamada NexBoreal. Y si hay algo que signifique ese momento es la imperiosa necesidad de huir.
El 8 de abril de 2015 creé en Blogger una cosa llamada «ángel no es punto es» porque «demonio tampoco era. Venía a representar mi arrepentimiento por haber hecho desaparecer proyectos anteriores (ArteCar24, DeVersoEnVerso, PistaDelRayo y NoSoyUnparado).
Sobre todo porque me arrepentía, especialmente, de haber eliminado esa web de micro-nicho que era ArteCar24.
Quería seguir contando historias y sobre todo quería tener mi propia voz y salir del anonimato al que mi perfil de socio de la empresa me había llevado asumiendo el rol de gerente y vigilante de quienes debiendo ser experto en la técnica no es que fueran muy expertos en la técnica.
ÁngelNoEs.es era, en sí mismo, como dominio, una reivindicación del individuo, de la persona que escribía. Y para ello quería escribir sobre mis cosas, mis rarezas, sobre coleccionismo y modelismo, sobre cosas frikis, sobre ciclismo, sobre curiosidades que atraían mi atención.
El blog pasó por varias fases durante todos esos años de retomarlo y abandonarlo. Lo que al principio fue un medio de expresarme se convirtió luego en un medio para intentar venderme, pero no tenía la estructura ni el contenido preciso para ello.
Para finalmente convertirse en un blog para reforzar el posicionamiento de vídeos de mi canal de YouTube ClaroQueSePuede Vlog (y sí, vlog con «v» porque es un vídeo-log).
La intención del blog se reflejaba incluso en la imagen que lo representaba. Un diseño hecho por mi hija, ilustradora, que representa muy bien lo que es un pisciano, lo que es una persona que fluctúa entre la luz y la sombra, entre momentos lúcidos y momentos oscuros -como un arrebato fruto del agotamiento en el que eliminas todos tus proyectos anteriores-.
Ese blog también fue un intento de recuperar, vía archive.org, de todo aquello que había hecho desaparecer, de cientos y cientos de textos escritos en múltiples lugares, incluidas webs de algunos clientes que desaparecieron, webs de las marcas que representaron mi proyecto empresarial, pero sobre todo de esos primeros 4 proyectos personales en Internet.
En noviembre de 2015, profundamente agotado con mi sueño empresarial, dejé de publicar en este blog personal para apostar por un nuevo proyecto que había iniciado unos meses antes, se trataba de BricoIsla.
Este proyecto, tal y como explico en el capítulo que dedico al mismo, duró poco, porque ya se encargó NexGlobal y el que era uno de mis socios, el psicópata, de que estuviera tan saturado de compromisos, obligaciones y tareas que apenas me quedase energía para emprender nada más.
(Por cierto, aún, a día de redacción de esta historia, no he escrito sobre algunos proyectos que aquí menciono, así que es posible que cuando llegues aún falte mucho por recordar. Te invito a que sigas visitando esta web de vez en cuando si te pica la curiosidad.)
Algo que pasó sobre 2015 es que cambié el email propietario de ángelnoes.es y eliminé el anterior cuenta de GMail, con la consecuente pérdida de imágenes. Todos los artículos escritos hasta noviembre perdieron sus imágenes de referencia.
En enero de 2016, cuando abandoné BricoIsla (que ahora renace como un blog de bricolaje con un toque de humor) retomé de nuevo esta web y comencé a escribir, porque seguía siendo la necesidad de seguir creando. Y así estuve hasta septiembre de 2016, cuando… ¡por fin!… tuve el valor de abandonar mi propia empresa, con una mano delante y otra atrás, llevándome lo único que era mío: el ordenador que en 2013 me regaló Esther, mi pareja, para hacer realidad lo que en aquel momento era un sueño, y que lo venía siendo desde 2011.
El proyecto de ángelnoes.es fue (y volverá a ser) el que, quizás, mejor me represente a nivel íntimo, porque viendo la evolución de lo que escribía, sobre lo que escribía y cuándo lo escribía, puedo recordar mis intereses y mis motivaciones en cada momento.
Una vez conseguí abandonar NexGlobal no volví a escribir en mi blog personal hasta enero de 2017 y así continué hasta el 8 de octubre de 2020, cuando redaté el último post con el título «Roban 80 bicicletas de alta gama en la tienda LTM Racing de Madrid» en el que comentaba la misma noticia de los medios, la ampliaba con otras e incrustaba un vídeo de mi canal de ClaroQueSePuede Vlog.
Poco antes o poco después di de baja el dominio. Por esas fechas, año 2020, ya empezaba a tener clientes, ahora sí como freelance (autónomo) y a tener trabajo suficiente como para no tener tiempo (ni ganas) de seguir contando ideas en ese medio. Además el canal de YouTube absorbía mis energías creativas. Pero sobre todo el canal de YouTube era rentable. No solo por lo que generaba AdSense para YouTube sino por los acuerdos que conseguía con patrocinios y marcas para generar contenido a cambio de productos y servicios.
Al final era algo que llevaba mucho tiempo persiguiendo. Poder crear contenido sobre cosas que me gustan, que no son precisamente populares o de consumo masivo, pero que sí tienen un nicho, grande (como el ciclismo) o pequeño (como el modelismo de automóviles) y que ese nicho mueve dinero, haciéndome interesante para los marquistas y que esa visibilidad pudiera convertirse en una fuente de ingresos.
Lo había conseguido. Poco o mucho. Lo había conseguido. Y no fue ninguno de mis blogs y webs.
Fue un canal de YouTube.
Pero eso es otra historia.
Ni gané ni perdí, solo me crecí
ángelnoes.es no era un proyecto para monetizar ni para ganar dinero. Era una forma de expresar mi necesidad de contar historias y expresarme. De contarle al mundo, aunque el mundo no quisiera oírme, quién soy, qué me gusta, qué hago y en qué creo.
Apareció y desapareció, se abandonó y se retomó según necesitaba expresarme. Y cada vez que me expresaba me conocía un poco más. Maduraba algo más.
Es cierto, no pocas veces escribí por un interés de posicionar algo. Un cliente. Un proyecto. Un vídeo. Pero fueron más las veces que escribí, mal o bien, por el simple hecho de escribir.
No hay arrepentimientos ni aprendizajes profesionales alrededor de este blog. Y cuando dejó de tener sentido su dominio desapareció aunque el blog, creado en Blogger, sigue estando ahí (y pronto reaparecerá, pero con un fin de monetización).
Al final fueron 185 entradas las creadas. Ciento ochenta y cinco ocasiones en las que una idea en mi cabeza se convirtió en frases aglutinadas en párrafos.
No quiero volver a perder eso.
Si tienes curiosidad:
web.archive.org/web/*/angelnoes.es*
Primera versión del texto del miércoles 19 de marzo de 2024. Sin revisión posterior.