Esta historia es de un proyecto personal.
Trayectoria profesional: Qué hice o LinkedIn.
PistaDelRayo: el mayor y más completo catálogo de pistas de los montes de Tenerife que me copió el Cabildo de Tenerife a través de una empresa subcontratada y que utilizó también OpenStreetMaps.
Creo que tenía 14 años cuando mi primo Pedro me llevó de caminata a la Cruz del Carmen. ¡Solos, sin papás ni mamás!
Fue con veintitantos años que empecé a recorrer, allá hacia mediados de los 90s del pasado siglo XX, las pistas de los montes de Tenerife, al principio en solitario, hasta que dejé esta actividad para retomarla algunos años después, cuando gracias a webs como foromtb y similares pude empezar a salir con otros bikers y ampliar mis horizontes de rutas y escondites montañeros… hasta que me harté de no saber dónde estaba.
Empecé a salir con una cuadrilla de ciclistas de montaña sobre mediados de la primera década de los 2000s.
Al principio me llevaban. Iba detrás de quien al grupo por este o aquel camino metiéndonos en senderos cuando aún no estaba perseguido como si fueras un delincuente, sin ocasionar nunca ningún daño, pero divirtiéndonos.
Y no encontrando nunca a nadie.
Porque Anaga está, y estaba, muy transitada. Y Teno. Pero los montes de Tacoronte, El Sauzal, La Matanza, La Victoria, Santa Úrsula, La Orotava, Los Realejos, San Juan de la Rambla, El Tanque, Icod de los Vinos y Santiago del Teide, una vez te alejas de los puntos de estacionamiento, suelen estar vacíos. Y hace dos décadas aún más.
Y cuando digo vacíos es que ni siquiera ves montañeros y senderistas pros. Esta gente suele estar en el Teide o en Anaga perdidos en algún sendero olvidado mientras que las cumbres de los montes del municipio del norte de la isla apenas son visitados por locales, jinetes, algún motorista, alguien con un 4X4 (o algún club) y poco más.
(Hoy día la actividad es mucho mayor pero siempre concentrada alrededor de los puntos de fácil acceso con un coche.)
La cuestión es que gracias a Internet, a los foros para ser más preciso, pude encontrar amigos con los que hacer rutas maravillosas.
Pero siempre detrás de alguien.
Con los años salir en grupo se volvió más complicado. Cada quien hacía su vida, era más difícil coincidir y vincularse a un club para un ciclista como yo que era más montañero que biker era complejo porque siempre iba a rebufo de la grupeta, lastrándolos.
Nunca nadie me lo reprochó. Me lo reprochaba yo mismo que no alcanzaba el nivel físico necesario para aguantar el ritmo.
Así que empecé a salir solo. Solito, pero solito, solito.
Y me llevaba una libreta conmigo. Y mapas militares que compraba en Santa Cruz.
Así empezó todo.
Poco a poco fui cartografiando de manera muy básica todas las pistas que iba encontrando.
Donde empezaban, donde terminaban, su nombre, sus características, sus enlaces.
Por aquellos años hacía aparición Google Earth, lanzado al mercado en 1998.
La fotografía de satélite que usa Google para Canarias es la de GRAFCAN, la empresa pública responsable de la producción, mantenimiento, custodia, suministro y divulgación de la información geográfica en Canarias.
Y eso me abrió un mundo nuevo.
Lo que me movía sobre la bicicleta no era el deporte. Lo que me movía eran las ganas de descubrir lugares poco transitados y desconocidos. Lo que me movía era la aventura.
Siendo programador y haciendo webs, dedicándome al posicionamiento (o lo que en aquel entonces era posicionamiento) y queriendo conocer todo lo que los montes de Tenerife tenía para ofrecerme y (casi) nadie parecía conocer del todo, era natural y obvio que la cosa terminase en una web.
PistaDelRayo.es hacía honor a una pista que comienza en la Finca del Cabildo, en la cumbre de La Esperanza y continúa durante unos 20 kilómetros hasta la cumbre de Santa Úrsula, a escasos kilómetros de la dorsal que da nacimiento al Valle de La Orotava.
En toda esa franja insular y manteniéndose a una altitud media de 1.100 metros, nunca por debajo de los 1.000 y nunca por encima de los 1.300 une a los cinco municipios que atraviesa o, para ser más exactos, a sus montes, que no conocen de fronteras administrativas. Es la arteria principal de toda esa inmensa ladera montañosa. Desde la que parten decenas de otras pistas, hacia arriba y hacia abajo, facilitando en un único espacio físico la posibilidad de realizar decenas de rutas distintas mezclando todas y cada una de las posibilidades.
La web existió desde 2008, más o menos, hasta 2013, cuando di de baja el dominio. Durante 2017 y 2018 fue una pseudo tienda de material deportivo que luego fue abandonada y su dominio vuelto a dar de baja.
Hoy, mientras escribía, lo acabo de volver a reservar.
Las voces agradecidas… pero pasivas y egoístas
En los últimos años del blog, sobre 2013, iniciando mi proyecto empresarial de NexGlobal (por segunda vez, heredando lo que fuera antes NexBoreal), andaba ya un poco quemado de todos estos proyectos míos ya que ninguno terminaba de ser rentable.
Es posible que yo no supiera vender. Lo cierto es que vender no es lo mejor que se me da. Yo soy creativo. Y técnico. Pero no vendedor.
Llegué a alquilar un par de banners a tiendas de alquiler de bicicletas de la isla e hice algún que otro artículo promocional pero puede decirse que nunca me dio ningún rédito más allá de la satisfacción personal.
Si que sucedieron algunas cosas. (Ya llego a la chicha por la que te quedaste leyendo esta historia.)
Porque una de las cosas que hice, asociado al blog, y que aún no te he contado, es crear un fichero kml (un fichero xml que contiene datos de puntos de ubicación geográfica ordenados en rutas y que, siendo un estándar, es el que usaba y usa Google Earth) con todas las pistas que iba narrando.
Es decir, cada entrada contenía una descripción detallada, una imagen con un mapa (que era una captura de Google Earth) y, además, metía los datos de la pista en ese fichero kml (o kmz, que es lo mismo, pero comprimido) que compartía gratuitamente con quien quisiera descargarlo.
Por esa información y ese fichero de rutas recibí una llamada, en una ocasión, de una empresa que estaba en la Rambla de la capital chicharrera, no diré cual porque no lo recuerdo pero tampoco porque no me apetece hacer sangre.
La cuestión es que esta empresa, por encargo del Cabildo de Tenerife, estaba haciendo un catálogo de pistas de nuestros montes y, ¡oh, sorpresa!, yo había hecho ese trabajo gratis y desinteresadamente.
Recuerdo tener una reunión en la citada empresa. Estaba feliz. ¡Por fin iba a encontrarle utilidad a toda esa información y conocimiento! Pero cuál sería mi tremenda decepción cuando lo que querían y me ofrecían era colaborar aportando toda esa información a su trabajo.
Cuando les pregunté que quería cobrar por el trabajo me dijeron que (1º) lo que me pedían de buena voluntad es si quería aportarlo por el bien común y a cambio, como mucho, del debido reconocimiento, para dejar caer luego que (2º) la información la había publicado abiertamente en Internet y que podían cogerla y usarla.
Tal cual. Sin despeinarse.
Qué pena que tenga tanta memoria y que no sea cuidadoso conservando todas estas cosas. Siempre he sido como un niño caprichoso que deja los juguetes abandonados y se olvida de ellos cuando pierde el interés. Luego, con el tiempo, me arrepiento de esa actitud.
Pero ahí no terminaría la cosa. Tiempo después de cerrar y hacer desaparecer el blog me fui encontrando con gente que al enterarse que yo era el autor me daban las gracias por toda aquella información. Muchos bikers de la isla, especialmente del norte y de aquel entonces, empezaron a recorrer los montes guiados por mi web.
Pero cuando estuvo publicada y pedí ayuda, soporte, si no en dinero al menos con contenido, nadie dijo estoy aquí, me apunto. Tampoco nadie hizo clic nunca en el botón de PayPal de donaciones.
Pero sí me reprochaban, con cariño, el haber eliminado la web. Todo muy latino. Todo muy español.
Algunas personas me dijeron incluso que habían impreso todo el blog… ¡todo el blog!… y que aún lo conservaban y lo consultaban. Pero no solo ciclistas, también senderistas, jinetes, trail runners y simples amantes de las montañas.
En una ocasión hubo una persona que tenía que decirme algo importante y quiso reprocharme que mis datos no eran correctos desde el punto de vista de la geología y geografía. Como si yo hubiera sido un experto. Cuando ningún experto quiso apoyar el proyecto. Ni siquiera la persona que me reprochaba esos defectillos. ¿Se puede ser más hispano?
Pero espera, aún hay más. Más historias de las que me enteré años después. En una ocasión un voluntario de OpenStreetMap me confesó que toda la información geográfica que se subió a esa plataforma de Tenerife provenía del kml que yo había creado. Que varias personas se lo habían descargado -para eso lo hice, para eso lo publiqué y lo divulgué, no me quejo por ello- y lo habían usado para subir información a esa plataforma.
¿Reconocimientos? Cero. En la plataforma no encontrarás ni una mísera mención al origen de ese trabajo.
La verdad, tampoco es que me pese haberlo hecho, haberlo difundido ni que lo hayan usado. No suelo recordar nunca esta historia. La he recordado hoy al rememorar todo esto.
Pero tampoco se me caen los anillos en hablar claro y reprochar lo reprochable.
Arrepentimientos con PistaDelRayo
Como pasó con deversoenverso.es con este proyecto de lo que más me arrepiento es de haberlo liquidado. Tenía que haberlo mantenido, haber añadido Google AdSense y dejar que me fuera generando pequeños ingresos. Además con el tiempo podría haber añadido venta de artículos de montaña y bicicleta utilizando Amazon y AliExpress creando una cuenta de afiliado.
Además con la creación de mi vlog (sí, con «v», por que es un vídeo-log, un canal de YouTube) hubiera tenido una magnífica herramienta con la que mezclar ese proyecto (ya hablaré del canal).
Me habría servido para testificar que OpenStreetMap o la empresa que pagó el Cabildo de Tenerife usaron mi información, cosa que aunque no me hubiera reportado nada habría alimentado a mi pequeño niño orgulloso. ¡Qué tampoco está tan mal!
El dominio, hoy, tendría una autoridad muy interesante para vender enlaces.
En fin, no supe ver los posibles beneficios y oportunidades que tenía dentro de mí. Solo vi el agotamiento de la idea y la necesidad de liberarme de la obligación de mantenerlo y actualizarlo. No cabía entre mis opciones dejarlo simplemente estar.
¡Qué tonto fui!
(Hay que añadir que en 2017 intenté recuperar este blog alojado en la web de Sergio Arafo, bajo el nombre de #WikiPistas, pero después 6 ó 7 artículos simplemente, me rendí.)
Mi principal aprendizaje
El principal aprendizaje fue el mismo hecho de recopilar la información, recorrer pista a pista, documentarla y compartir esa información. Me sirvió para saber que pueden vivirse maravillosas aventuras en solitario al lado de casa, sin tener que ir al otro lado del mundo.
Todo lo hice solo, recorriendo las pistas en solitario. Me llevó 4 años recorrer cada rincón de nuestros montes, hasta los más alejados, incluyendo pistas abandonadas, sin salida, cerradas y, te lo reconoceré, incluyendo el descubrimiento de viejas sendas abandonadas que conectaban distintos tramos.
También, incluso más que con artecar24.com, descubrí que el latino es una persona egoísta, que le gusta todo gratis, que le gusta incluso reprochar si lo gratis no le gusta o le parece insuficiente, que cuando le pides ayuda rara vez da un paso al frente, pero que sí te pide que quiere seguir disfrutándolo gratis, que ni se te ocurra de privarle del disfrute de lo gratis.
Fue lo que me hizo ver la enorme diferencia cultural entre el mundo anglosajón y el mundo hispano, entre la cultura protestante que premia el esfuerzo y el emprendimiento y la cultura católica más centrada en el parecer que en el ser.
A ti es posible que esto te parezca una tontería pero te invito a investigarlo. Comprenderás España. Y comprenderás Canarias. Y Latinoamérica, ya de paso.
Es lo que me permitió obtener cosas e ingresos de mi próximo proyecto. Uno de ellos. Del canal de YouTube. No esperando apoyo de mis iguales y compatriotas. Buscándolo en la monetización de la publicidad. Aunque todo esto es otra historia.
Si tienes curiosidad:
archive.org/.../pistadelrayo.es
Primera versión del texto del miércoles 5 de marzo de 2024. Sin revisión posterior.