Por qué los anacardos sin sal cuestan más que los anacardos con sal

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O sobre cómo el marketing explota el concepto de lo saludable para argumentar un valor percibido superior y, por lo tanto, justificar un precio mayor. Ese podría ser el título de este artículo, su resumen, su snippet, su conclusión y lo único que necesitarías leer para entenderlo todo.

Aún así, me extenderé un poco.


Motivos para que un producto sin sal sea más caro que uno con sal

Siendo razonables hay más motivos por los que un producto saludable (como la carne, la leche, los huevos, las almendras o cualquier otro), en este caso los anacardos sin sal, pero valdría también el concepto sin azúcar, pueda salir más caro que otro que es con azúcar o con sal.

Es decir, que un producto que lleva menos componentes y materias primas cueste más que otro que necesita más materia prima o componentes. Hablamos de eso.

Por ejemplo, entre las razones por las que los anacardos sin sal pueden costar más que los anacardos con sal podríamos encontrar:

  • una elaboración más compleja,
  • una menor demanda (que fuerza a un incremento del precio),
  • un cambio de ingredientes (aunque sean menos, que sean más costosos por su calidad),
  • que -como he dicho- resulte más difícil hacer el producto al quitarle componentes para que mantengan su funcionalidad (en este caso, sabor, textura, color, etc.)
  • y, por supuesto, que no ocurra nada de esto pero que la percepción del cliente sobre el producto sea mayor.

Aquí es donde el marketing se convierte en una herramienta de manipulación y engaño conocida, tolerada y asumida.

Aún así, profundizaré, para que nadie se queje.

Proceso de elaboración más complejo:

Podría ser que los anacardos sin sal requieren un proceso de elaboración más complejo que los anacardos con sal porque el proceso de tostado sin sal requiere un control más preciso de la temperatura y el tiempo para evitar que los anacardos se quemen o se pongan rancios.

Eso obliga al fabricante a utilizar un equipo especializado para tostar los anacardos sin añadir sal, incrementando el coste en las herramientas.

Menor demanda:

La demanda de anacardos sin sal es menor que la de anacardos con sal, por lo tanto, aunque su producción fuera más económica, para llegar a unos beneficios mínimos que justifique su comercialización tendrías que ampliar el margen de beneficio, incrementando así su precio.

Esto se debe a que la mayoría de las personas prefieren el sabor salado de los anacardos mientras que los anacardos sin sal tendrían más popularidad entre las personas que siguen dietas bajas en sodio o que tienen problemas de salud como la presión arterial alta.

Ingredientes de mayor calidad:

Los anacardos sin sal a menudo se podrían elaborar con ingredientes de mayor calidad que los anacardos con sal. Si bien esto no siempre es cierto y la materia prima es la misma en un producto que en otro, siendo más probable que si existe un coste mayor se deba por el cambio en los procesos de producción.

Este apartado incluiría, por ejemplo, el uso de anacardos crudos, orgánicos o de comercio justo que no podrían tener precios de gran producción porque serían inviables económicamente.

Y además podríamos añadir que los anacardos sin sal también pueden tener un menor contenido de humedad, lo que los hace más duraderos, ergo, si duran más en el paquete influirá en la frecuencia de su compra, por lo que si baja ésta necesitarás aumentar el precio para compensar los beneficios.

Costos de producción más altos:

Los costos de producción de anacardos sin sal pueden ser más altos que los de anacardos con sal. Esto se debe a los factores mencionados anteriormente, como el proceso de elaboración más complejo, la necesidad de herramientas más precisas o los ingredientes de mayor calidad.

Percepción de valor:

Pero, y aquí está la gallina de los huevos de oro, hay una variable, que es en la que trabaja el marketing, que es en la percepción que tiene el cliente sobre el producto que compra.

En el caso de los anarcardos sin sal podemos trabajar sobre el concepto saludable o sano, lo que los hace más recomendables ante cualquier comparación a los que tienen sal.

Como algunas personas perciben los anacardos sin sal como un producto premium en relación a su salud, estarían dispuestas a pagar más. Es algo que se puede ver fácilmente en personas que practican deporte, como los que pedalean en bicicleta. No es que cueste más fabricarlos, que la materia prima sea mejor y ni tan siquiera que haya menor demanda.

Simplemente porque están dispuestos a pagar más por cómo los perciben.

Y el cómo los perciben es trabajo del marketing.


La percepción del valor es la gallina de los huevos de oro

Los anacardos sin sal pueden costar más que los anacardos con sal debido a una serie de factores, como el proceso de elaboración más complejo, la menor demanda, los ingredientes de mayor calidad y los costos de producción más altos.

Pero la percepción de valor también puede jugar un papel en el precio de los anacardos sin sal.

Esta es la estrategia básica para los productos de lujo, categoría premium, exclusivos y todas estas etiquetas que intentan «exclusivizar» su consumo. En ocasiones un mismo producto se vende con diferentes nombres y diseños en su packaging para reforzar esta percepción sobre el valor.

¿Y de quién es la culpa que nos vendan duros a 20 pesetas?

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