Pero, si sabes como va esto, ¿por qué no eres rico?

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¿Cómo una persona que dice conocer los mecanismos para emprender y crear negocios online no ha creado ni emprendido negocios online? Es posible que te hayas hecho esa pregunta si has navegado por mi blog. Es comprensible.

Yo siempre digo en mis cursos que una cosa es ser buen mecánico y otra buen piloto. ¿Acaso podrías nombrarme a un solo mecánico de los equipos en los que ha corrido Fernando Alonso o Carlos Sainz? ¿Verdad que no? ¿Y tú crees que los coches en los que se han convertido en leyendas vivas de la competición deportiva los han construido ellos mismos? ¿Verdad que no eres tan obtuso y simplón?

No. No lo eres.

Así que podemos afirmar que ahora sabes a qué me refiero con lo de ser buen mecánico y/o ser buen piloto.

Pocas personas son ambas cosas. Todos los grandes creadores de contenido tienen equipos detrás que les gestionan sus redes, les montan sus campañas, les editan sus vídeos o les preparan sus presentaciones. Es algo que, por ejemplo, reconocía Marc Vidal hace muy poco en una entrevista en el canal de B3TTER.

Marc Vidal es un piloto. Un buen piloto en lo suyo. Entre los mejores en su categoría. Pero como él mismo reconoce y afirma no sería lo que es hoy sin un equipo detrás. Reconoce que en una presentación de una de sus ponencias pueden intervenir hasta 18 personas. ¡18 personas!


La realidad de emprender negocios online

Lo cierto es que, como suelo decirle a mis alumnos y alumnas de los cursos en los que ejerzo de docente sobre community manager o posicionamiento web, con estas herramientas y conocimientos puedes ganar dinero.

¡Sí! ¡Claro que sí!

Pero invirtiendo tiempo. Mucho tiempo. Recuerdo una entrevista a elRubius en la que narraba cómo los primeros 2 ó 3 años se encerró en su casa a hacer vídeos a diario. Todos los días. Sin descanso. Uno detrás de otro. Buscar temáticas trending, guionizar, grabar, editar, subir, interactuar, analizar y vuelta a empezar. Durante 365 días y luego otros 365 días y luego…

Otra historia que me ha gustado es la de Romuald Fons. En varias entrevistas viene a narrar, de manera muy resumida (y contado de memoria por mi parte), como estaba en la nada más absoluta y se interesó por esto del SEO sin tener ni la menor idea. Empezó a aprender y a experimentar. Y poco a poco fue construyendo un modo de vida y a recibir algunos euros de AdSense. Todo lo demás fue trabajo, mucho trabajo, muchísimo trabajo (horas invertidas, fracasos, aprendizajes y volver a levantarse una y otra vez).

El recorrido de Romuald hasta su serie de vídeos sobre posicionamiento en YouTube y su aclamado éxito de la formación sobre cómo crecer en YouTube que facturó más de un millón de euros en 24 horas tras su apertura (si mal no recuerdo, me da pereza reconfirmar mi memoria) no fue algo rápido ni que surgió de la noche a la mañana.

Lo mismo pasó con Valentí Sanjuan. Varias veces ha contado como llegó a robar alguna manzana en la frutería del barrio porque no tenía ni un euro para comer. Como tocó fondo y fracasó hasta que encontró un camino, en YouTube, que le empezaría, muy poco a poco, a dar frutos, hasta convertirle en lo que es hoy.

Cualquier persona de 30, 40 ó 50 años, que son las edades más habituales en mis cursos para desempleados, podría iniciar esos caminos.

Yo también podría haberlo iniciado hace 20 años. Haberme convertido en un Enrique Dans de la tecnología y el marketing digital o en cualquier otra cosa.


El problema es, el tiempo.

Empezar ese camino es dedicarle todo el tiempo que tengas disponible.

Pero la realidad de muchas personas, de mis alumnos y alumnas, es que necesitan ingresos hoy. Necesitan un trabajo, hoy. Necesitan cobrar, hoy.

La necesidad les ubica en el corto plazo. A mí también.

Pagar una hipoteca, las necesidades de los hijos, el tiempo en pareja, pagar el coche, la compra, el teléfono móvil nuevo, el viaje de la niña, el karate del niño, …

¡La vida!

La vida te exige recursos ahora, hoy. Eso te lleva no pocas veces a endeudarte. Y esas deudas atenazan aún más la disponibilidad de tiempo para emprender.

Al final terminas agotado de trabajar, de buscar oportunidades para generar ingresos aquí y ahora. El tiempo que te queda quieres disfrutar, aunque te estés autoengañando. Ir a comer, pasear, ver NetFlix o simplemente no hacer nada.

Necesitas un tiempo para no tener que hacer nada.

En ese tiempo que te queda puede hacerse muy cuesta arriba, tan solo con pensar en seguir trabajando y esforzándote para construir una idea o proyecto que quizás funcione, o quizás no.

Es comprensible.

Toda esa cháchara del éxito, el esfuerzo, el sacrificio y demás mitos es basura que no tiene en cuenta las circunstancias de la persona ni su carácter ni su salud ni su energía ni su momento emocional y mental.

Pura basura de coaching de manual con muchos fuegos artificiales. Me da rabia. Porque el único fin de esa bazofia es extraerte tu dinero.

El momento ideal para lanzarte a crear un modelo de negocio digital, sea con posicionamiento o como creador de contenido o con dropshipping o cualquier otro, es cuando no tienes nada que perder, cuando no tienes nada que hacer, cuando no tienes cargas ni obligaciones.

Tienes 20 años y vives con mamá y papá. Ese es el momento perfecto. Sin pareja, sin deudas, sin perros ni gatos y mucho menos hijos. Pero claro, tienes 20 años. Solo piensas en meterla (o en que te la metan) en la party o en gastar en el último modelo de algo que, se supone, te hara mejor persona.

Y está bien. Pero reconoce que tienes tiempo suficiente y energía suficiente para hacer ambas cosas. No tienes que dedicarte a lo divertido 24/7 ni tampoco tienes que vivir sacrificándote emprendiendo 24/7.

Por eso considero que una persona de 30, 40, 50 o 60 que hacen algo y alcanzan el éxito a base de esfuerzo y aprendizaje tienen un mérito gigantesco. Personas que encuentran la manera de, con el espacio que pueden o tienen, reconstruirse.

Y hay ejemplos, no solo de famosos, sino a tu alrededor. Búscalos, obsérvalos y estúdialos.

Tú mismo podrías tener una oportunidad:

  • Si te has divorciado y vuelves a vivir solo.
  • Si tus hijos han crecido y ya no te necesitan tanto.
  • Si consigues trabajar para el Estado de 8 a 3.
  • Si estás desempleado y cobras un subsidio durante un tiempo lo suficientemente largo.

Hay muchas circunstancias en las que, en un momento dado, te puedes encontrar con 2, 3 o 5 horas diarias para invertir en una idea.

Si eso sucede, si tienes esa fortuna, el único secreto es centrarse en el objetivo y organizar el proceso.


La titulitis ayuda

Por cierto, si eres joven, la formación debería ser parte de tu naturaleza. Y obtener papelitos de esa formación.

Porque el día de mañana tener un título universitario, haber terminado ese máster, haber hecho aquel ciclo superior o ciclo medio, completar un certificado profesional o haber participado en cursos del SEPE (¡cada año de tu vida!) puede determinar el que una puerta se abra o no en el futuro.

Si no vas a emprender ningún proyecto entonces invierte tiempo en hacer cursos, terminar tus estudios y prepararte.

Nunca sabes qué se puede presentar por delante y cuándo se va a postular la oportunidad para cambiar, para mejorar, para emprender.

No haberte formado te cerrará esas puertas.

Es más. No tener los putos papelitos que demuestren que te has formado, aunque lo hayas hecho de manera autodidacta, te cerrará puertas.

Porque nuestro mundo no es el anglosajón.

Nuestro mundo, el de España, ese país de países, es el mundo de la burrocracia.

Te guste o no.