No es turismofobia, es contra los abusos y los lobbys

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Hace poco tenía un breve cruce de tweets en esa red tan bonita y empática llena de amor que es Twitter (llámala X).

El asunto venía por la explotación de las tierras raras en Fuerteventura, cosa que al parecer tenía informes medioambientales favorables pero que desde el municipio en cuestión, tanto vecinos como políticos se opusieron a la explotación minera de los mismos.

Yo decía, a una susodicha persona anónima y crítica, que el asunto en Canarias es mucho más complicado y enrevesado que lo que se pueda ver desde la metrópoli a lo que me espetó que no tenía ni idea de lo que hablaba, que había revisado los informes (¿?) y que no entendía el problema.

Y es que hablamos de Canarias. Todo es más complicado.

  • Porque vivimos casi en medio del Atlántico.
  • Porque somos islas europeas culturalmente pero islas africanas geográficamente, algo que solemos olvidar.
  • Porque colindamos con Marruecos, y eso implica muchas cosas, nos guste o no.
  • Porque los medios de explotación en las islas siempre han estado en manos foráneas quedando para los locales las migajas suficientes para tirar pa’lante.

¿De qué le sirve a Fuerteventura, o cualquier otra isla, que se exploten las tierras raras y se genere una industria minera que, como lo que sucedió en Güimar (Tenerife) con las extracciones de áridos, acabará por comprar voluntades municipales y hacer lo que le salga de sus santos eggs?

Exactamente lo mismo que ha pasado y pasa con el boom urbanístico vinculado al turismo en sus costas, las de Fuerteventura, que no hay ni un solo hotel que pertenezca a un empresario local y sea explotado por un empresario local, más allá de los cosmético.

¿Para que los beneficios se los lleve una empresa minera de donde el diablo perdió los calzones y más gente foránea venga a trabajar a una isla donde ya hay más personas recién llegadas que hablan italiano, alemán o francés que nacidos en Betancuria, Pájara, Tuineje o Antigua?

Y esto es solo un ejemplo.

(Quizás debería contratar a un abogado. ¿No? No creo. Nuestro país de países es un país de países lleno de amor y paz donde cualquiera puede expresarse. ¿Verdad?)

Este es el ejemplo que explica lo que va a pasar este sábado día 20 de abril, es el ejemplo que explica el hartazgo que derivará en las manifestaciones en contra del turismo masivo y excesivo en las islas (excepto en La Gomera, donde el Señor Curbelo es el cacique, amo y señor de la isla -bueno, en realidad, todos los presidentes del Cabildo lo son, pero él, el que más).

El día 20 de abril, sábado, en las islas se manifestarán, muchos o pocos, pero los suficientes, en contra de un turismo masivo que multiplica por 6 la población residente a lo largo del año. Se manifestará en contra de la política de puertas abiertas a la hora de recibir nuevos residentes (que son europeos), que compran casas con su poder adquisitivo, relegando al local a pagar unos precios de alquileres o compra desorbitados y absolutamente desmedidos para nuestro local poder adquisitivo.

El día 20 de abril, algunos diremos que ya está bien que el lobby hotelero tenga agarrado por el pito (apretando muy fuerte) a las 3 fuerzas políticas más representativas de las islas, sea PP, PSOE o CC.

Y esto no es un grito en contra del turismo. Es un grito en contra de la sobreexplotación de los recursos y de las islas. ¡Qué nos vamos a quedar atascados e inmovilizados para toda la eternidad en nuestras autopistas! ¡Qué no hay calle donde no haya una jauría de gambas quemadas paseando en cholas y bermudas arrastrando un pesado culo de 150 kilos, por dios bendito!



Pero, ahora bien, esto sucederá y éste es mi pronóstico de las consecuencias. Quería escribirlo antes del sábado para dejar constancia.

  • En 15 días la manifestación será historia, así que el lobby hotelero puede estar tranquilo, nada cambiará.
  • Nuestra clase política hará algunos gestos cosméticos sobre el asunto para dejar contentos a los más gritones, pero sus medidas no tendrán ningún efecto. Especialmente las de los Cabildos serán las más inocuas.
  • No se va apostar seriamente por la diversificación ni por convertirnos en el Sillicon Valley atlántico (llevamos 30 años de retraso, demasiado tarde ya) ni en exportadores de energía eléctrica sostenible ni nada parecido. Olvídalo. Seguiremos reventando la gallina del turismo hasta que explote. O explote la sociedad insular.
  • Y, sobre todo, a 3 meses vista, puede que algo más, quizás a los 6 meses, pero antes de 2025, veremos una ley contra la turismofobia, maquillada para que no lo parezca, que castigará cualquier expresión, denigración o ataque en contra del turismo.

Lo cierto es que habrá tan buen tiempo el sábado que mucha gente que iría tendrá otros planes en mente: la playa.

Porque así somos.

Y sí, soy del todo criticable por no confiar en mi gente.

Pero es que son míos, son mi sangre, mi cultura y son mi tierra. Les conozco.

15 días.

Todo olvidado.

La historia que siempre se repite.

(Si al menos fuera para ir a bailar como en el Carnaval, quizás se llenarían las calles, quizás.)


¡Ah! Por cierto, también vaticiné hoy, tengo testigos, que es posible que lo que debería ser una manifestación horizontal, transversal a todas las capas sociales e ideologías, acabe siendo monopolizada por la chupipandi woke, movimientos ecologistas, los cuatro pringados que quedan del CNT y los sindicatos, si les da tiempo a terminar los chocos asados y las costillas en Casa Tomás.

Otra cosa que he dicho, a quién me ha escuchado hoy, y también en Twitter, es que el turismo masivo y la explotación de los recursos sin piedad solo terminará cuando haya una crisis extrema en el sector.

Para que eso suceda el turista tiene que empezar a sentirse incómodo, sentir miedo de venir a Canarias. Y aquí cada quien que lo interprete como crea conveniente. Basta con la mala educación y que se lleve esa mala impresión a su lugar de procedencia. Que algunos turistas salgan en los medios de origen hablando de lo mal que le han tratado en las islas. Publicar imágenes desagradables, del destino, en el origen. En fin, por ideas que no sea.

Ahora bien, mis niños y niñas, hay que apechugar con las consecuencias. ¿Quieres desterrar este modelo económico? Eso conllevará consecuencias: desempleo, crisis económica profunda, complejos hoteleros abandonados, zonas turísticas decadentes y emigración (sí, de esa que había en los 50 y 60 del pasado siglo XX cuando los canarios se iban en cayuco grande a Venezuela -antes a Cuba y Chile y Argentina y…-).

(Que mucho envalentonarse pero luego de las consecuencias y de las alternativas no habla nadie, ni siquiera los de la chupipandi woke.)

Y ese tránsito crítico, hasta que venga otra gente de fuera a explotar otro monocultivo del que ser víctimas los isleños, hasta volver a comenzar otro ciclo de explotación nuevo, durará entre 20 y 40 años.

Es decir, que disfrutarán de unas islas libres de turismo masivo tus hijos e hijas.

Si es que los tienes.


Por cierto, si quieres humillarme, insultarme o pegarme, allí está el vomitorium, en la esquina, junto a los desechables, para que lo uses.

(Siempre la misma basura, criticar, gritar, señalar… y la casa por barrer. En fin.)