Google AdSense no es lo que parece

Tu contenido no tiene valor, según Google

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¿Por qué dicen «contenido de poco valor», con lo insultante que resulta, cuando quieren decir «tienes poco tráfico» o «tenemos que filtrar sitios porque la red de display es muy grandes y tenemos menos anuncios que servir»?

Ese artículo es algo que le servirá a pocas personas, solo a aquellos que están trabajando para construir una red de contenidos tematizados o especializados y se enfrentan a este grandísimo escalón cada vez que le proponen a Google AdSense un nuevo sitio.

La cosa empieza así.

Para pasar a una larga discusión a través de correo electrónico con un supuesto equipo, supuestamente humano, que se supone revisa manualmente tu sitio.

Hasta ahora cuando les recriminaba que podrían darme cualquier motivo menos el de contenido de poco valor o el de infracción de normas, acababan siempre por reconocer que se habían equivocado, que las causas podrían ser las que fueran pero no esas y me aprobaban el sitio.

Así pasé el filtro para esta misma web, angel2cabrera.com, la primera de mi armada de micro sitios, para luego ir solventando el mismo obstáculo una y otra vez con un blog centrado en el mundo de las acuarelas, otro centrado en el mundo del bricolaje, para seguir con uno sobre el desempleo, avanzar con el catálogo de óleos de mi media naranja, tirarme a la piscina con un proyecto nuevo (porque todos los anteriores eran pura arqueología digital recuperando lo que en un momento hice y actualizándolo con contenido nuevo) con un proyecto de abogados que hablan español en Estados Unidos y no parar ahí, por supuesto.

Porque ganar dinero con una flota de webs tematizadas no es cuestión de tener 3 ó 4 de mucho éxito, algo bastante complicado hoy, sino 30 ó 40 centradas en temas y comunidades muy específicas.

Y he ahí que lanzo mi retomado blog íntimo y personal, angelnoes.es, el que tiene más contenido (actualmente 182 artículos publicados) sobre ciclismo, modelismo, idealismo y todo tipo de cosas acabas en -ismo que me gustan, interesan o apasionan.

De todas las webs la más personal, la más íntima, la más original. Y va Google y me dice que mi caso va a ser revisado por técnicos especialistas, haciéndome esperar casi 20 días para enviarme una respuesta de copia y pega que vuelve a decir lo mismo: contenido de poco valor, escriba más artículos interesantes para los usuarios.

¿En serio? ¿De verdad? ¿Quién determina que el contenido es de poco valor? ¿Por qué de.Acuarelas sí pasa el filtro con menos de 40 artículos (todos trabajados) y no pasa el listón mi blog personal con 182 artículos que duplica las visitas y visualizaciones del primero?

¿Qué quiere entender Google por contenido de valor? ¿Solo guías y tutoriales? ¿Cómo las que escriben los grandes medios en sus fábricas de copy-paste?

Es imposible que ningún humano, ni humana, haya revisado el blog. O si lo ha hecho simplemente no sabe leer en castellano. Ni español. Llama a nuestro idioma como quieras.

Y la cosa no va a quedar ahí. He solicitado el reconocimiento para lo que en su tiempo fue el mejor (y único) catálogo de pistas de la isla de Tenerife, un blog también hecho en Blogger y que habiendo recuperado menos de 20 fichas ya acumula decenas de visitas. Un contenido absolutamente único. Que ni siquiera el Cabildo de Tenerife tiene (aunque en su momento ya intentó fusilármelo). Bueno, pues ya han dicho que el contenido es de poco valor.

Y vamos a ver qué pasa con la primera web (que yo sepa) en español sobre Wuthering Waves.

Los verdaderos motivos de los rechazos

Estoy sospechando (convencido, realmente) que los motivos para que Google rechace una y otra vez los blogs son otros.

No les gusta Blogger, su propia plataforma

Es posible que estén pensando en deshacerse de Blogger, si no en el corto plazo sí en el largo y que por eso, porque hace una década que no le prestan atención y ya presenta ciertas incompatibilidades con el ecosistema de Google actual, rechacen de manera sistemática los blogs que están en esa plataforma.

Pero si es así entonces deberían ser transparentes y decir que no quieren seguir aceptando blogs hechos en Blogger/BlogSpot y dar la oportunidad a los creadores de contenido a emigrar a un hosting propio con WordPress.

Será una lata, será trabajoso, pero al menos hay una salida.

Su red display está saturada y no hay suficientes anuncios

Todo el mundo lo sabe. En el mundillo del marketing digital es un runrún que se comenta aquí y allá. Las grandes plataformas sociales le ha metido un tremendo zarpazo a Google Ads.

Es muy simple, Google vive de la publicidad, pero no de la inversión que hace Coca Cola o BMW sino de la inversión que hace el Restaurante Flores o el concesionario de coches Gold Cars García. Es la acumulación de esos euros sueltos que hacen una ingente cantidad de pequeñas empresas lo que hace que Google subsista.

Pero es que Restaurante Flores y Gold Cars García ahora también puede invertir en Meta haciendo publicidad en Facebook, en Instagram y en WhatsApp Business. Y si tienes 50 euros para invertir o haces una cosa (AdSense) o haces la otra.

Esto ha hecho que el número de anunciantes haya descendido, muy previsiblemente, según mi hipótesis. Y que los anunciantes sean menos implica que hay menos anuncios que servir a la red de display.

Porque además, no es raro encontrar que algunas de mis webs en ciertos momentos no muestran anuncios. Y no los muestran porque Google AdSense es incapaz de servirles un anuncio.

De ahí que estén cada vez más pejigueras aceptando nuevos sitios. Porque ahora más que faltarles lugares donde mostrar publicidad, les sobra.

Y todo lo hagan girar alrededor del continente (mejora tu web y la experiencia del usuario) o de lo que contiene (mejora los artículos que publicas o añade más).

La experiencia de usuario por encima de lo escrito

Otra posibilidad, muy real a mi juicio, es que Google quiera convertir su buscador y los resultados en una pseudo-red social.

Y para ello necesita hacer dos cosas:

  • fagocitar las webs y sus contenidos a través de su IA y
  • mejorar la experiencia de usuario, pero no la de sus propios entornos sino la de las webs a las que redirige el tráfico.

¿En qué me baso para decir eso? En varios factores.

El primero en la incorporación de las Core Vitals Webs en Google Search Console y de la relevancia de PageSpeed.

La segunda es que entre las causas de rechazo está la experiencia de usuario y que te inviten a seguir mejorando la web (pese a que una de las principales causas de que vaya lenta, por ejemplo, es la incorporación de toda la artillería de Google, paradójicamente -AdSense, Analytics, Tag Manager…-).

El tercero es la anunciada nueva SERP inteligente o la incorporación de su IA en la SERP.

La cuarta es la prioridad absoluta que Google ha estado dando a los contenidos de los medios gigantes en todo tipo de ámbitos y temáticas, no siendo su especialización. Me refiero a que si buscas algo de salud, sale una URL de un gran medio de comunicación, si buscas una guía para arreglar cualquier cosa, lo mismo, si buscas una guía de un videojuego, tres cuartos de lo mismo.

Sin embargo, es paradójico que una vez te aprueban la web Google AdSense te insta, te motiva, te señala, te impulsa, te recomienda que actives un botoncito en el que tú ya no decides dónde sale la publicidad sino que un algoritmo lo decide.

Y el resultado son las webs que hoy conocemos donde la publicidad está más presente que el contenido dañando de paso (y mucho) la experiencia de usuario.

Conclusión, Google está asustada y lo pagamos los pequeños

Bueno, pues ya me he desahogado. Esto es como llorarle a un muro. Pero es que el sistema de un técnico que te revisa la web es casi lo mismo. Porque además es falso.

Porque al final la conclusión es que no existe ni Keira ni Logan ni Paul ni Pooven ni Alia ni nadie real. Solo un algoritmo que responde unos copia-y-pegas muy poco trabajados y genéricos.

Y si eso es así es porque los pequeños creadores con poco tráfico somos derivados a un sistema así, no representamos nada en el pastel.

Y el gigante se nos caga y mega encima.

Una pena.

Yo, te quería, Google. Te quería.

Pero cada vez menos.